LA PALABRA ‘PASCO’ EN LAS REFLEXIONES DE VALENTÍN LÓPEZ ESPÍRITU. PROLEGÓMENOS DE UN ANÁLISIS TOPONÍMICO LINGÜÍSTICO.

Por Eduardo M. PACHECO PEÑA
UNDAC

En los tres últimos años, el maestro Valentín López Espíritu se dedicó a aclarar documentalmente el significado de la palabra ‘pasco’. Paralelo a sus actividades políticas, no descuidó el ejercicio docente y la labor de investigación. En relación a lo primero, fue un hombre prudente, demostrando siempre puntualidad, rectitud y compromiso en el aula universitaria.
En relación a la investigación, de su pasión por la lingüística, el castellano ‘pasqueño’, el habla popular regional y las interferencias léxicas; con naturalidad se extendió hacia un tema neurálgico del vocabulario cerreño: ¿qué es ‘pasco’?, ¿por qué ‘pasco’?
En la línea de estudios que lo caracterizó, la primera vez que lo oímos glosar sobre las variadas interpretaciones del significado de la palabra ‘pasco’ fue el 2004. Al inicio la concibió como palabra de raíz castellana, pero luego de un prolongado estudio y meditación, devino hacia una hipótesis opuesta: ‘pasco es voz aymara-quechua’.
Tras un silencio de dos décadas en las preocupaciones académicas por esclarecer el significado de ‘pasco’, su propuesta –desde una perspectiva nueva– sintetizó un examen minucioso de obras históricas, diccionarios quechuas, manuales lingüísticos, textos mineralógicos y geográficos, e información directa de personas dedicadas al trabajo de las minas o el mundo agrario.
Por ejemplo, en su búsqueda documental acudió a diferentes personas para que le alcancen los diversos estudios sobre la cueva de Piedras Gordas del equipo de investigaciones arqueológicas del Dr. Luis Hurtado de Mendoza (UNCP), para poder contextualizar y precisar su razonamiento histórico. Con ello anhelaba agotar todas las posibilidades explicativas de su objeto de estudio.
Tras su desconsolada partida, desconocemos los límites de aquellas abstracciones históricas, sólo sabemos que para fundamentar su hipótesis utilizó los datos etnohistóricos sobre la domesticación e importancia de los camélidos sudamericanos en la altiplanicie andina de Pasco; conjuntamente con la descripción geológica de los pacos de plata en las minas de Yauricocha (Cerro de Pasco). Esto último, según su digno criterio explicaba el significado definitivo de ‘pasco’.
López Espíritu expuso un análisis necesario e imprescindible: atender los problemas lingüísticos de la toponimia. Determinó la procedencia léxica de ‘pasco’, en los variadísimos fenómenos fonético-fonológicos locales; estableció los procedimientos de derivación y composición de la formación del topónimo en función a su uso en la lengua histórica, formal y funcional; y planteó –según su percepción y juicio– el significado contextual del término. Su esquema lógico siguió un orden sistemático desde la fonología, pasando por la grafía y el significado, hacia los matices del término ‘paco’, apuntalando su propuesta con testimonios geológicos e históricos.
Partiendo de la premisa que ‘pasco’ deriva de ‘paco’, concluyó que este es un cromotopónimo que refleja la zona geográfica del Cerro de Pasco, por la “variedad espectacular de sus colores y tonalidades mineralógicas: bermejo, rubio, rojo, bayo y descolorido”.
Otro aporte suyo esencial demostró que gracias al proceso de asimilación la forma quechua /páqu/ ‘pacco’ ~ ‘paco’, pasó a tener tres realizaciones [páhqu] [pá:hqu] [pásko], en los hispanohablantes y quechuaimarahablantes actuales.
Entre las virtudes del aporte del profesor Valentín López Espíritu tenemos que profundiza nuestras ideas sobre el lexema ‘pasco’; enseña metodológicamente el modo ordenado de proceder en el examen de cualquier topónimo; indaga las raíces del término en el contexto, el habla local y la historia regional; y revalora la identidad andina rural pasqueña con palabras de afecto para su pueblo. En definitiva, plasma aquí su pasión pasqueñista intercultural. Su dedicatoria en la versión mimeografiada de la investigación estampa una frase de propósitos superlativos: “A Cerro de Pasco, por su puesto…”
A la luz de sus datos, enumeramos algunas observaciones que ameritan otra deliberación:
1)    La palabra quechua común para designar la plata es ‘colque’. En la altipampa los campesinos ganaderos conocían al ‘cerro de la plata’ como Colquijirca.
2)    El término ‘paco’ es una designación técnica quechua para los óxidos de plata. Su uso extensivo no se dio en el “grupo o clase social” de los hapiris, como intuye López Espíritu; en todo caso lo sería a nivel de los ‘auquis’, operarios mestizos que manejaban las barretas o el barreno en las minas. En el siglo XIX, el ‘paco’ es sinónimo de “fierro viejo o plata mezclada con el óxido rojo de hierro” (De Rivero y Ustariz, 1857: 278); otra variante técnica más, como ‘llampo’, ‘rosicler’, ‘virgen’, ‘mazacote’, ‘machacado’, ‘escarche’, ‘anco’, ‘mulato’, ‘tacana’ o ‘plata vidriosa’; que designa al mineral argentífero mezclado con otros conglomerados metalíferos. Por entonces, para referirse a este mineral el término colectivamente vocalizado por los mineros y demás pobladores de la ciudad, fue ‘plata’ o ‘piña’ a secas.
3)    La palabra ‘pasco’ no esta directamente asociada al Cerro de Pasco (asiento minero denominado así a partir inicios del siglo XIX), antes Cerro de Yauricocha); sino a la Villa de Pasco (fines del siglo XVI). Dos escenarios económicos diferentes: uno minero y otro ganadero, en cuyos ámbitos ubicamos el ‘paco’ (vinculado al color peculiar del óxido de plata) y el ‘pako’ (camélido cruce entre llama y alpaca, que posee la misma tonalidad bermeja del óxido).
4)    Reconocer que ‘paco’ y ‘pako’ designan hechos disímiles. Sus significados de ninguna manera se fusionan, salvo por la similitud en el color.
5)    Es fundamental establecer la distancia cronológica e histórica que media entre la denominación de la Villa administrativa y del Cerro de Pasco.
6)    Todo estudio toponímico parte de la versión primera del léxico, en el caso lo es la designación burocrática colonial de la Villa de Pasco.
7)    Siendo así, la centenaria Villa –por la tradición ganadera milenaria– quizá se bautizara asumiendo la importancia económica de su recurso más valioso: los ‘pakos’. Este lexema se constituiría en el significado más probable de ‘pasco’. Como hipótesis secundaria de López Espíritu, le sirvió para indicar que fue el poblador minero de origen andino, que en contacto con la palabra, la generalizó con su uso en el asiento minero, las comunidades campesinas y en el arrieraje. El profesor nos recuerda que la ganadería de camélidos sudamericanos fue el sector económico que apoyó perentoriamente la actividad minera: la crianza de camélidos supone fuerza motriz para transporte de los minerales; calor y energía con sus desechos orgánicos; abrigo, carne y cueros para el trabajador y su familia.
8)    Precisar que los documentos que imprimen los viajeros europeos de inicios del siglo XIX son los que registran por vez primera el nombre de Cerro de Pasco. El profesor Valentín cita datos de Alejandro von Humboldt que reafirman la información. Humboldt acopió la referencia de “minas de Pasco” de informantes hispanos y criollos residentes en el asiento de Cerro de Pasco, que valorando la importancia económica de su ciudad y por su cercanía a la Villa tal vez la aclamaron popularmente así.
9)    Establecer que los estudios toponímicos sobre Cerro de Pasco tendrían que empezar estudiando el significado de Yauricocha o Lauricocha, que fue el nombre primigenio de la zona.
10) A diferencia de él, en relación a estos alónimos: [páhqu] [pá:hqu] [pásko], creemos que son consecuencia del proceso de ruralización creciente de la ciudad y se derivan del ‘pasco’ castellanizado.
Más este problema histórico singular nos demuestra qué, y lo reafirma Hélder Andrade, sigue constituyendo una gran incertidumbre de la investigación histórica regional. Si tan sólo una palabra de nuestro pequeño universo regional nos tiene en espera, que serán los problemas históricos mayores…

BIBLIOGRAFÍA

BAKEWELL, Peter 
(1989)             Mineros de la Montaña Roja. El trabajo de los indios de Potosí, 1545-1650. Alianza editorial, Madrid.
DE LA MATA, Miguel
(2006)             En la noche infinita. Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima.
DE RIVERO Y USTARIZ, Mariano Eduardo
(1857)             Colección de memorias científicas, agrícolas e industriales publicadas en distintas épocas. Imprenta de H. Goemaere, Bruselas-Bélgica.
LÓPEZ ESPÍRITU, Valentín  
(2010)             El topónimo de Cerro de Pasco”. En: Cultura Andina, revista del Círculo de Historia y Geografía de la UNDAC, año 4, Nº 4, noviembre del 2010, Cerro de Pasco; Pp. 121-132.