DANIEL ALCIDES CARRIÓN, ESTUDIANTE DE TRASCENDENCIA UNIVERSAL. APUNTES EFÍMEROS SOBRE UN LIBRO DE 1886, REEDITADO POR LA MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE PASCO


Por Eduardo M. Pacheco Peña
UNDAC



La Honorable Municipalidad Provincial de Pasco acaba de reeditar el libro: “La Verruga Peruana y Daniel A. Carrión”, Imprenta Editorial Punto Com., Huancayo, 2008, 116 pp.

Esta obra, en formato pequeño, un 05 de octubre de 1886 (o quizá unos meses después) vio a luz por vez primera en la Imprenta del Estado. Sus 109 páginas, como dicta el censor del Ministerio de Gobierno, don Enrique Caravedo, da a conocer “los trabajos originales sobre la propagación del virus verrucoso y sus influencias, dejados por el finado estudiante de Medicina D. Daniel A. Carrión. (…) es necesario estimular á los que se dedican al estudio de asuntos importantes á la humanidad y á la ciencia; que de esta suerte honra al Perú (…)”, exteriorizando la temprana y profunda huella que dejó en la sociedad de su tiempo, la obra mártir del joven héroe de la Medicina Peruana. Trascendencia poco apreciada en nuestro momento y ciudad, más aún sabiendo que el 2007 nos correspondió conmemorar los ciento cincuenta años del nacimiento del más ilustre de los pasqueños. El pasado año los actos oficiales para recordar tan esencial hecho fueron significativos más no masivos. Muy pocos se informaron de la inauguración oficial del Museo iconográfico Carrión, en la plaza Daniel Carrión en la base de la monumental estatua de Carrión, la historieta con guión de Luis Pajuelo Frías y la inauguración del estatua del Carrión que domina la UNDAC e inaugurada por el Dr. Santos Blanco Muñoz.

SOBRE EL CONTENIDO DE LA OBRA

Compilada y sistematizada por sus condiscípulos: Casimiro Medina, Enrique Mestanza, Julian Arce, Mariano Alcedan, Ricardo Miranda y Manuel Montero, esta pequeña obra buscó perpetuar en la memoria colectiva los ideales y el noble sacrificio de Daniel A. Carrión en aras de las ciencias médicas y el bien humanidad. La Introducción nos presenta un efusivo exordio a la devoción hipocrática, sensibilidad e inteligencia del joven estudiante sanmarquino. Dos de sus párrafos enuncian líricamente una verdad reconocida hasta por los medios de prensa masivos de su época:

“Y en verdad no podía ser mayor el sacrificio. Joven aun, lleno de esperanzas, con un porvenir risueño, asegurado por bienes materiales y la pronta terminación de una carrera profesional, la vida se le presentaba con todos sus atractivos; pero cuando la Providencia señala á cada cual el destino que tiene que desempeñar y cuando dota a seres privilegiados de cualidades excepcionales para elevarlos sobre el resto de los hombres, entonces el Genio comprendiendo su elevada misión, la lleva a cabo, excitando la admiración general y el interés que despiertan las grandes acciones.

Es así como se presenta hoy, impulsando a un modesto y noble soldado de la ciencia, que sin aliciente de recompensa alguna, se lanza intrépido en la brecha, rinde la vida y lega con su esforzada muerte el más brillante timbre de verdadera gloria a la Patria y a la Medicina Nacional, en cuyo Martirologio científico hace inscribir en primera línea el nombre de Daniel A. Carrión.” (Pág. 06).

Informa además de la trascendencia social del acto, que despertó admiración y simpatía en todas las clases sociales capitalinas y los cenáculos intelectuales de dentro y fuera del país. Un acto no preciado ni reconocido por la política gubernativa militarista oficial, dedicada en aquel entonces a acciones menos dignas como a conceder con prebendas beneficiosas a las trasnacionales capitalistas las materias primas del país o perseguir a los líderes campesinos que tras la guerra con Chile iniciaron una lucha armada contra los terratenientes y el régimen de la servidumbre que los explotaba y oprimía cruelmente. Y tampoco por las disposiciones prefecturales que velaban por la seguridad ciudadana y que en el caso de Carrión, amparados por el informe del Dr. Ignacio La Puente, médico legista, quiso ensañarse con el héroe y su más inmediato colaborador en el experimento, recibiendo del poder judicial un hermosa lección de moral y sentido común.

Por ello, líneas abajo el mismo preámbulo dejó patente:

“(…) Aquí donde la absorbencia política y las efímeras glorias militares se reparten los aplausos y caudales públicos, aquí repetimos, ni un modesto mausoleo se erigió para perpetuar la memoria de este abnegado adalid de la humanidad.

Un año ha transcurrido durante el cual parece que su nombre y la memoria de sus hechos, hubieran quedado sepultados en el olvido; pero cuando las Ciencias médicas se ocupen de la Verruga Peruana, el nombre de Carrión estará íntimamente vinculado con el estudio de esta enfermedad, haciendo imperecedero su recuerdo y tributándole el homenaje de su respetuosa admiración.” (Pág. 06).

Fue así, mientras Miguel Iglesias, traidor a la patria y dictador, y su gobierno devino en un dato oscuro de la postguerra del Pacífico; la efigie del mártir, a medida que fue profundizándose en el estudio y comprensión de la enfermedad de la Verruga Peruana, fue alcanzando una dimensión mundial. A ello contribuyó esta pequeña obra, el compromiso asumido por sus colegas de estudio y el empeño de otros estudiantes investigadores de medicina como Ernesto Odriozola y Alberto Leopoldo Barton Thompson, que prolongaron a su vida profesional sus tempranas disquisiciones escolares sobre la Verruga Peruana.

Este libro expuso por vez primera una biografía del héroe; los apuntes sobre la Verruga Peruana y los resultados analíticos que formulará Daniel A. Carrión antes de adquirir la enfermedad; las historias clínicas que reunió pacientemente desde 1881; su propia historia clínica tras aplicarse con ayuda del Dr. Evaristo M. Chávez cuatro inoculaciones de sangre procedentes de un tumor verrucoso del paciente Carmen Paredes; el discurso pronunciado en la Sociedad “Unión Fernandina” en el aniversario de su muerte; las notas de la prensa científica nacional (El Monitor Médico, La Crónica Médica, La Gaceta Científica y la Academia Libre de Medicina de Lima) y la prensa médica internacional (de Francia, Inglaterra, Cuba, México, Chile, Argentina, España…), resaltando el gesto generoso de Carrión; los artículos publicados en diarios nacionales como el polémico de Ignacio La Puente, que fue respondida por los autores de la obra en estudio, así como de otros anónimos columnistas que lo equiparaban a sabios de la talla de Jenner, Pasteur, Ferran, Trousseau, Koch, Reed, Freyre, Carmona, Fonsagrives…, y cómo es poco frecuente hoy día, fundamentaban sus afirmaciones en detalladas explicaciones humanistas, terminológicas y científicas; el histórico informe del Dr. Leonardo Villar y los mezquinos comunicados de la Sub Prefectura e Intendencia de Policía; la nota aclaratoria a las conclusiones de los médicos forenses que escribieron los estudiantes Casimiro Medina, Enrique Mestanza, Julian Arce, Mariano Alcedan, Ricardo Miranda y Manuel Montero para aclarar que antes de la inoculación Carrión no sufría dolencia alguna; los discursos de los médicos Macedo y Almenara, y del estudiante Manuel I. Galdo en los funerales del mártir, y 04 notas periodísticas del suceso. Estos documentos posteriormente fueron incorporados a otras publicaciones. El Dr. Gustavo Delgado Matallana al editar su monumental “Daniel Alcides Carrión, mártir de la medicina peruana, héroe nacional” (Asociación de Historia de la Medicina Peruana y Fondo Editorial de la UNMSM, Lima, 2001) igualmente los contempló y reprodujo.

Documentos que en este momento son de vital importancia para estudiar la vocación profesada por Daniel A. Carrión

VALOR DOCUMENTAL DEL LIBRO

La edición de 1886 de este libro hoy constituye una rareza bibliográfica. El sólo hecho de presentar la primera imagen pública de Carrión la hace un documento inestimable. Más su contenido esta presente en otras reediciones y muchas de las monografías científicas y biográficas sobre el mártir y héroe de la medicina nacional. Contenido que fuera consultado sólo por especialistas que buscaban respuestas a las múltiples hipótesis que formularon en torno a la vida, obra y trascendencia de Carrión. La publicación que este noviembre del 2008 lanza la Municipalidad Provincial de Pasco, bajo los auspicios del Señor Alcalde, Ing. Tito Valle Ramírez, la Regiduría de Cultura, Educación y Deportes y la Gerencia de Desarrollo Educativo Cultural, encomendaos a los Licenciados: Froilán Deudor Calixto y Jhonny Chale Blas Ventocilla; aproxima a los niños, jóvenes y ciudadanos de Pasco a la primera fuente documental registrada sobre Carrión. A la más rica veta de datos reunidas sobre él. Ahora con este aporte, el egregio estudiante universal podrá responder a los inquietos espíritus de nuestra tierra sobre las muchas interrogantes que aún las investigaciones más notables no revelaron o estudiaron. Se hacía preciso que en los anaqueles de nuestras escuelas y bibliotecas públicas figure tan valioso trabajo. Bien por el Municipio provincial.




Primera imagen pública del Mártir y Héroe de la
Medicina Peruana, Daniel A. Carrión García (1886).





Portada del primer libro publicado sobre Daniel A.
Carrión García.